Dimensiones: 100x80 cm.
Es un atardecer en Guatapé, Antioquia.
PARTE CONCEPTUAL:
Cómo olvidar que somos vida, pinceladas de flor, árbol, pero a la vez agua, aire, tierra, fuego, quietud y movimiento, que un día somos día, otro atardecer y otro noche, que un día somos primavera y al otro otoño, que somos florecer y morir, morir y renacer día a día, que somos multicolor, un claro oscuro donde detrás de la luz y el brillo que proyectamos, se esconde la fragilidad, aquello tan humano como aquello tan divino, el asombro de un nuevo día y la tristeza del que se va, somos parte de ese todo universal al que le debemos un cuidado y agradecimiento, donde no hay más opción que apostar por seguir pintando día a día un nuevo lienzo colorido, sabiendo que quedan otros en blanco por pintar, con la única disculpa del “carpe diem”.
Rememorar que no existe mejor edad que la de estar vivos, por eso parte del título viene de Octavio paz, un verso de su poema “piedra de sol”: “El olvidado asombro de estar vivos”, y como dice en otros versos del mismo poema:
“Recojo mis fragmentos uno a uno”,
“no pasa nada, solo un parpadeo del sol, un movimiento apenas, nada”,
“busco sin encontrar, busco un instante”,
“tienes todos los rostros y ninguno, eres todas las horas y ninguna, te pareces al árbol y a la nube”...
ARTE TERAPIA:
Visto desde la cromoterapia, los colores de esta obra de arte ayudan a calmar la mente, reducir la ansiedad, promueve la armonía, el equilibrio y la relajación, tanto por los colores, como por la naturaleza que son sanadores, ideal para espacios como sala de descanso, habitación, sala de espera de empresas,etc